Este blog es mentiroso. Bueno, dice verdades a medias. Que no es responsabilidad suya, pobrecillo. Cargo con una expectativa que le viene dada. Con una pretensión adquirida y que yo misma le imprimo. Pretendía acercaros lo que me está pasando y casi no alcanzo a acercaros lo que veo, porque son contadas las ocasiones en las que me atrevo a sacar la cámara. Ninguna de estas fotos habla de hostilidad, de duda, no conversan, no leen. Lo siento mami, sé que te gusta el trayecto Andújar-Patagonia. No me gustaría caer en la anécdota, pero si siento que tanta cosa no cabe en una vida no puedo pretender empaquetarla en un blog. Le he otorgado una facultad que por sí mismo no tiene. Ni estáis viajando conmigo, por más que lo desee, ni soy capaz de haceros llegar lo que me pasa. Y se me ha convertido en un espejo traidor, como suelen ser los espejos que se miran con demasiada importancia.
Cada vez me alejo más de lo que aquí se ve. Este 'viaje' dista cada vez más de ser lo que dice ser, de lo que muestra ser. Es tan inmediato el desahogo, que se agota en el momento que se apaga la máquina. Me es difícil superar la falsa continuidad de este formato. Y la belleza de lo propio fotografiado. Rolando me dijo: Qué linda huerta, ¿de quién es? Le estaba enseñando una fotografía de su casa. Perdiendopaíses es sólo eso, lindas fotografías que no conversan.
jueves, 5 de febrero de 2009
lunes, 2 de febrero de 2009
Mientras perdemos países, Adán gana pelo
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