martes, 27 de enero de 2009

Al sur del sur. Ruta de los siete Lagos

Bárbara, Matías, Gabi, Adán y Martuki. Los cinco con la camioneta hasta arriba y con unas ganas inmensas de comernos la ruta. Más al sur. Un poquito más cada vez. Mate. Ruta salpicada de pañuelos y pequeños santuarios rojos en honor a Gauchito Gil, santo de los ladrones y los jugadores. Más mate. Más paisaje que se va secando. Las casas se van desdibujando. Kilómetros y kilómetros sólo de ruta recta. Una señal amarilla. Vacas. Muchas. Parada, cargar agua caliente y a seguir bajando. Primer destino: San Martín de los Andes. La ruta de los siete Lagos. Lo de los siete no es más que un título, porque hay muchos más. Muchos.

Desierto pampeano.

El placer del dulce de leche. Inigualable.

Hay que orientarse de vez en cuando, aunque sólo sea para posar.

Lago Lacar. El primero.
Bárbara.
La fotógrafa, de nuevo aprovechando espejo.

Lago Yuco y Lago Falkner

Dejamos San Martín de los Andes y nos vamos acercando a Villa la Angostura buscando la frontera con Chile. Buscamos el Lago Yuco tras la recomendación de un local y de ahí al Lago Falkner. Una maravilla. Juzguen ustedes mismas...

Dale caña Manué, que nos están mirando las churris



Sí, sí, créetelo Adán. Estás aquí.



Nos podrán quitar el café calentito a la mañana o las duchas con agua caliente, pero no nos quitarán la pepppsssiiii!!!!.

Unicornio lunático. Especie protegida de la región patagónica. Su pelaje y sus cantos nocturnos son muy apreciados por los habitantes del lugar. Protagonista de un sinfín de leyendas y narraciones de corte mitológico, el unicornio lunático vive su época de apareamiento en la primera luna llena de cada año. Es por esto que el riesgo de extinguirse....

Manu Chao en el living del calor. Mes-ti-za-je. jijij

Después de décadas de intensas disputas institucionales, la comunidad de San Martín de los Andes consiguió llevar a cabo la construcción de la primera escalera al cielo.

Cataratas de amorrrrrrrrr.
Intensa partida de Risk (denominado Teg por estas tierras). Aunque nada parecía indicarlo. Ganó el ejército azul, con Bárbara a la cabeza. Toda una lección de discreción y estrategia.

Lago Nahuel Huapi

Y seguimos de Lago a Lago y tiro por que me toca. El lago Nahuel Huapi. Misterioso. Agitado. Hipnótico.
El Hombre y el Fuego...

El Hombre y el Libro...

El Nahuel Huapi, un océano dulce.



¿A la izquierda?
No comments...
En Bariloche, esperando que la camioneta se pusiera buena pa seguir el viaje ... Y aquí descubrimos que podíamos poner el temporizador y echarnos fotos los cinco... yo creo que es algo!!!!


Lo que hace el aburrimiento...jijijij

Atención al detalle, abajo a la dercha: orgullo de mi pago... Así nos va....

Mate va, mate viene.
Es que Matías es muy grande y casi no cabe en las fotos...ni en las camas, ni en el coche...jijijij Un corazón grande requiere de un cuerpo grande.

¿Y vos qué mirás?
Creo que Gabi está a gustito. Shhhhhh!!!
Bueno, no quiero contar muchos detalles de este momento, porque no quiero que se convierta en sólo una anécdota. El caso es que la camioneta dijo que ya no quería seguir el viaje, y nos dejó recién entraditos en Chile. Se acabó lo que veníamos construyendo desde hacía más de una semanita. De seguro quedará en el recuerdo de los cinco...y en el presente.

Perdiendo el sur de Chile

Aquí arrancó un nuevo e inesperado viaje. No fue fácil digerir el cambio. Extrañábamos mucho a los chicos, las dinámicas que se habían generado, la buena comunicación, las charlas infinitas. Para colmo, seguimos, paso a paso, el viaje que teníamos en mente para los cincos. Estábamos ya en Chile. Había que perderlo también... Así que de Osorno, lugar inhóspito, creo que más por las circunstancias que por el lugar en sí, agarramos un bus a Puerto Montt y de ahí, ferry hasta la mágica isla de Chiloé. El Pacífico.


Castro. Isla de Chiloé. Casitas de colores. Pueblo pesquero. Amable. Tranquilo, como el océano que lo rodea.

Puerto de Quellón, punta sur de la isla de Chiloé. Cada vez más al sur. Transbordador hasta Chaitén para dejar la condición insular. Incertudumbre. No sabíamos qué nos íbamos a encontrar en Chaitén. Nos habían avisado. Chaitén está inundado en cenizas desde el mes de mayo. Desde una mañana en que el volcán se despertó revoltoso.

No me gusta llegar de noche a los sitios. La noche en Chaitén además es más noche que en cualquier lugar. Cuando volvió la luz descubrí la Iglesia que nos había servido de campamento, las cenizas, las montañas amigas de las nubes, como diría Tristán.

Chaitén y su gente, ochenta personas que hacen acto de soberanía del lugar, viven desde hace más de ocho mes cubierta de cenizas. Huellas de un volcán que un día dejó de quererlos. Sin luz eléctrica, sin agua corriente, sin gente en las puertas de las casas. Las buenas lenguas dicen que están dejando morir el lugar. Que quieren hacer una reserva natural. Que quieren el control de la explotación de sus minas. Las buenas lenguas no se quieren ir.

Todo empezó el 30 de abril. La tierra empezó a moverse, cachai?. No nos asustamos mucho. Pero el uno de mayo el volcán sacó un hongo gigante de cenizas y de partículas, cachai? Y bueno, la gente del puerto nos ayudó mucho, y agarré una lanchita con mi mujer, cachai?. Suerte que no tengo hijos, diez años de casado y no tengo hijos. Porque pensé en adoptar pero se me pasó la güa y...cachai? Y ahora ando intentando levantar mi casa. Yo antes era jurista, cachai?

Yerco y Esteban. Dos güevones culeaos hermosos. Compañeros de caminata. Un lindo encuentro.
Combo en el hocico!!!! Espero que nos volvamos a cruzar.
Larga caminata para salir de Chaitén. Ahora lo calificaría de linda experiencia. En ese momento sufrí un poquito. 30 kilómetros para llegar a Puerto Cárdenas, nuestra meta. Frustración cuando nos damos cuenta de que Puerto Cárdenas eran cuatro casas, más difícil aún salir de allí que de Chaitén.

Los verdes y azules de Chile.

... y al volver la vista atrás se ve la senda que no se ha de volver a pisar...


Llegada triunfal a Villa Santa Lucía. Actitud, chicos, actitud!!!


Futaleufú. Paso fronterizo para volver a Argentina. El título de esta foto es: Tengo los pies llenos de ampollas después de la caminata.




No se trata de una pizzería o un chiringuito de playa. En serio.